Rituales
Busco espacios abiertos en los que el horizonte sea, para empezar, más amplio que los bordes de mi ombligo. Me vale un parque, una terraza sobre el Tajo o el tobogán de la cerveza y la risa.
En los primeros, me hago acompañar de cigarrillos y libros. Otras vidas, palabras ajenas que me ayuden a encontrar no ya un sentido, sino ese consuelo de los tontos. No soy sola, única, ya antes demasiados se hicieron las mismas preguntas retóricas, muchos las lidiaron con más talento aunque la garantía sea, para todos, estéril.
En la segunda, me pierdo entre las infinitas posibilidades de lo que podría ser. Anda, me muevo, hablo. La euforia se reviste de lucidez y me grita que estoy aquém de donde quisiera estar. Que no sé dónde es pero sí como no quiero que sea. Contenida, apagada, con miedo. Con un nudo en el estómago que me impide avanzar. Exprimirme.
Busco los espacios abiertos como escenario en los que escupirme las certezas para no acabar ahogándome con ellas.
En los primeros, me hago acompañar de cigarrillos y libros. Otras vidas, palabras ajenas que me ayuden a encontrar no ya un sentido, sino ese consuelo de los tontos. No soy sola, única, ya antes demasiados se hicieron las mismas preguntas retóricas, muchos las lidiaron con más talento aunque la garantía sea, para todos, estéril.
En la segunda, me pierdo entre las infinitas posibilidades de lo que podría ser. Anda, me muevo, hablo. La euforia se reviste de lucidez y me grita que estoy aquém de donde quisiera estar. Que no sé dónde es pero sí como no quiero que sea. Contenida, apagada, con miedo. Con un nudo en el estómago que me impide avanzar. Exprimirme.
Busco los espacios abiertos como escenario en los que escupirme las certezas para no acabar ahogándome con ellas.
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