Ayer

Ruido. Bla, bla, bla. Garantizo. Refuerzo. Responsabilidad. Ostigación. Interferencias. Nos solapamos, nos atacamos, nos reconciliamos. Se me tuerce el tacón en el jardín, a este capullo le sudan las manos, se vende algo de originalidad en el espacio. Buscaré tu cercanía, algo de verdad. Haciendo amigos. Estoy hasta los cojones. Los miedos de ida y vuelta y esto se me escapa. El control. Las comparaciones. No dejo de pensar que el periodismo es como el sexo. Qué queda después de la euforia? Que el sexo es como la vida. Nos guste o no, predomina. La buena disposición, la excelecente figura, el buen talante. La ataraxia. La benevolencia. Me tiembla el brazo y no te escucho. No puedo evitar mencionar el cruce de caminos. El traslado que el tiempo concede. Dónde se queda la capacidad de análisis cuando los elementos son parciales? Quién inventa la realidad? Voy a reescribirla. Si pudiera prescindir de la síntesis, volaría. Reuniría imágenes durante cuarenta años y te ofrecería la ironía. Lo que se esconde detrás del vómito de imágenes, del manto rojo. De la oficialidad. Del escenario. Ruido. Sólo ruido. Una mirada cristalina, que es de insomnio o es de heroína. Que nos habla del pasado o que ilumina este momento. A qué más podemos aspirar? La lucidez es un bien de lujo y la coherencia es huidiza. Nos vigilan aunque no dejes rastro. Te conocen aunque no lo creas. Un nombre y una idea bastan. Vino. Cada quien tiene sus metáforas y hay uvas que sólo unas manos mimosas hacen florecer. Aspiras a ser diferente? A dejar tu huella? Juzgo. Considero. Garantizo. El verbo elegido disfraza la acción y hoy hay actores demasiado cansados. Los otros quisieran estar pero acaban de ser ajusticiados. La opinión.... ja! La opinión pública... ja, ja, ja!!! Se evaporó la luz, la música, los colores que te reconciliaban con la existencia. La sinonimia... Esa es la gran lección. Llámale como quieras. No por eso dejará de ser mentira.